Cuando más de la mitad de la superficie de mordida del diente está dañada, el dentista generalmente utilizará una incrustación inlay o onlay.

¿Qué son los inlays y onlays?

Las incrustaciones inlay y onlay pueden estar hechas de porcelana, oro o resina compuesta. Estas piezas se adhieren a la zona dañada del diente. Una incrustación inlay, que es similar a una relleno, se utiliza dentro de las puntas de las cúspides del diente. Una incrustación es una reconstrucción más sustancial, similar a la incrustación pero que se extiende sobre una o más de las cúspides del diente.

Tradicionalmente, el oro ha sido el material de elección para las incrustaciones inlay y onlay. Sin embargo, en los últimos años, la porcelana se ha vuelto cada vez más popular debido a su resistencia y color, que potencialmente puede coincidir con el color natural de los dientes.

¿Cómo se aplican incrustaciones y onlays?

Las incrustaciones y onlays requieren dos citas para completar el procedimiento. Durante la primera visita, el relleno Se reemplaza el diente o se elimina el área dañada o en descomposición y se prepara el diente para la incrustación. Para garantizar un ajuste y una mordida adecuados, el dentista toma una impresión del diente y la envía a un laboratorio para su fabricación. Luego, el dentista aplica un sellador temporal en el diente y programa la próxima cita.

En la segunda cita, se retira el sellador temporal. Luego, el Dr. Sutera se asegurará de que la incrustación inlay o onlay se ajuste correctamente. Si el ajuste es satisfactorio, la incrustación inlay o onlay se adherirá al diente con una resina resistente y se pulirá hasta obtener un acabado suave.

Consideraciones para incrustaciones y onlays

Rellenos tradicionales La incrustación inlay o onlay puede reducir la resistencia de un diente natural hasta en un 50 por ciento. Como alternativa, las incrustaciones inlay y onlay, que se adhieren directamente al diente con resinas especiales de alta resistencia, pueden aumentar la resistencia de un diente hasta en un 75 por ciento. Como resultado, pueden durar entre 10 y 30 años. En algunos casos, cuando el daño al diente no es lo suficientemente extenso como para justificar una incrustación completa, coronaLas incrustaciones pueden ser una muy buena alternativa.